En un artículo anterior hablaba de mi reciente encuentro cotidiano con el pueblo de Ubrique y comentaba la importancia que el sector de la marroquinería tiene en el mismo.
Esta sinergia PIEL-UBRIQUE se remonta a varios siglos atrás, existen documentos de esta tradición artesana en los siglos XVIII y XIX, en los cuales se manufacturaban las famosas «petacas», (unos pequeños estuches de piel utilizados para guardar tabaco).
<Se componían de dos trozos de piel (cachas), rectangulares, doblados cada uno sobre sí y cosidos en sus extremos por hábiles y expertas manos femeninas, con puntadas casi microscópicas, y era una pieza tan perfecta y de tanta utilidad, que ya la fama de ubriqueña comienza a rebasar fronteras, y a la «Villa de las cien fuentes» se le empieza a llamar «UBRIQUE EL DE LAS PETACAS«> (Extracto del libro Ubrique Piel al Descubierto de D. Manuel Cabello Janeiro). Éste es el pasado más remoto de la tradición marroquinera en Ubrique, pero ¿Y el futuro?
Parece que sigue siendo prometedor a pesar de la crisis. Si bien es cierto que en la última década esta industria se ha visto mermada debido a dos factores fundamentales (crisis económica global y competencia de países asiáticos), no es menos cierto sin embargo que las grandes firmas vuelven a confiar en los altos estándares de calidad que ofrecen las empresas aquí ubicadas y en la seguridad jurídica que brinda nuestro ordenamiento jurídico.